Ritmos cubanos

Fuente: La Crónica de León (25.07.09)





Foto: Ricardito, 80 años a sus espaldas y el sentido del ritmo intacto.

MÚSICA / Concierto

Los cálidos ritmos cubanos nunca pasan de moda

Ricardito y el Monarca del Son amenizan las fiestas de Villamoros de las Regueras

Ángel Negro / León

Hacen pura música cubana y no se comparan con los míticos componentes de la Vieja Trova Santiaguera, pero la calidad de sus habaneras, guarachas y boleros que ponen en concierto sobre los escenarios americanos y españoles recuerdan inmediatamente a Buena Vista Social Club o al citado grupo de incombustibles octogenarios.

No son, pues, la Vieja Trova, pero Ricardito y el Monarca del son, que hoy actúan en el marco de las fiestas patronales de Villamoros de las Regueras a las 23:30 h., junto a la Casa de la cultura de la localidad, se les asemejan bastante en ritmo y ganas.

Los protagonistas de semejante experimento, que se atreven a cruzar el charco, merecen algo más que un premio a la totalidad de su carrera. Por experiencia. Por calidad. Porque todos los integrantes de la banda nacieron antes de 1940.Ricardo de los Santos Ortiz Verdecia, ‘Ricardito’, fue el miembro más joven de los Santiagueros durante una larga temporada y es, en la actualidad, una de las cinco patas del conjunto que este verano recorrerá España, visado en mano, durante 60 jornadas completas con el cancionero cubano a cuestas y sin que sus años (75) le pesen ni una sola pizca.

Hoy, en Villamoros, la oportunidad de comprobar su buena forma es única.Pero Ricardito no está solo. El ‘Quinteto típico’ del que forma parte y al que también se adscribe Ronaldo Romaguera, renombrado por sus compañeros como ‘Monarca del son’, acompañan con sus congas y mambos un repertorio original que no necesita de operaciones ni rinoplastias y donde la música de Antonio Machín y Carlos Puebla tiene prohibido envejecer.

El indiscutible rey, maracas en mano, abandona sus ochenta primaveras en la parte trasera del escenario y se lanza al baile para demostrar la vigencia de unos ritmos en cuya interpretación “nunca hay pentagrama, sólo corazón”. ¿La demostración? Hoy, en la localidad leonesa.

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