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martes, 21 de abril de 2009

La "Flauta Mägica" de Mozart en el CAEM


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Fuente: Tribuna de Salamanca
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Foto: Prieto
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El CAEM luce una versión del Amadeus de los bajos fondos

‘La flauta mágica’ llevó anoche con éxito al auditorio una versión empequeñecida de uno de los clásicos de Mozart, adaptado esta vez por la Ópera de Cámara y la Orquesta Sinfonietta de Varsovia

Ópera masónica, ópera popular, casi ópera póstuma y una pieza maestra. Todo eso es La flauta mágica, estrenada en 1791 por un ya enfermo Mozart y que ayer pasó como una pequeña (limitada) exhalación por el CAEM en vista del lleno en las butacas.

La de anoche fue una versión ‘jibarizada’ por motivos obvios pero una ópera al fin y al cabo (que falta hacía ya). De hecho, esta misma partitura fue la última pieza lírica que dirigió en vida el autor. Se representó por primera vez en el Theater an der Wien vienés en 1791.

L. C. B.

Una versión másVersionada y readaptada miles de veces desde entonces, esta clásica de todo repertorio de teatro operístico que se precie, en muchos formatos, desde el más moderno hasta el visto ayer, que mezcla el atuendo y el ambiente clásico mozartiano con una revisión simbólica, a la vista de cómo se planteó la escenografía.

No fue una de las mejores del niño prodigio, pero sí una de las más socorridas porque está bien hecha, lleva el sello Amadeus y además es una de esas variantes de las viejas canciones líricas germánicas (los singspiel, traducción aproximada: canciones recitadas) que normalmente desembocaban en conciertos para el populacho, una sucesión de textos cantados que cuando cayeron en manos de Mozart se convirtieron en una ópera clásica.

Resumiendo: donde otros sólo veían espectáculos para los bajos fondos o las fiestas campesinas este chico tan listillo se marcó “la madre de todas las operetas”, hasta el punto de convertirla en una ópera. Si no entienden el salto, es sencillo: es la diferencia que hay entre una canción de Bisbal y The End de los Doors.

Para una ciudad famélica de espectáculos líricos, donde la música clásica queda reducida a algún que otro concierto didáctico y las giras de temporada de la Sinfónica de Castilla y León, es toda una pera en dulce poder asistir al espectáculo diseñado por dos instituciones polacas como la Orquesta Sinfonietta y la Ópera de Cámara de Varsovia.

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